El artículo ha sido publicado en la revista Archiv Tierzucht por investigadores del Instituto de Investigación Biológica de Animales Domésticos de Dummerstorf (Alemania).
En este estudio, se seleccionó un total de 32 terneros simmental que fueron distribuidos aleatoriamente en dos sistema de manejo: Estabulación completa y alimentación con concentrado y alimentación en base a pastos, seguida de un periodo de remate con concentrado.
Para el primer grupo, el concentrado estuvo compuesto por cebada de invierno, melaza, soja extrusionada, carbonato cálcico y sal, siendo la composición total de la dieta: 13.8 kg diarios de silo de maiz, 3.2 kg diarios del concentrado antes descrito, 0.15 kg diarios de soja extrusionada, 0.1 kg diario de heno y 0.1 kg diario de paja.
Para el segundo grupo, se realizó aprovechamiento de pastos durante 160 días, seguido de un periodo de estabulación de 190 días, con una dieta altamente energética consistente en 15 kg diarios de ensilado, 0.7 kg diarios de heno y concentrado compuesto por 12% de cebada y 10% de semilla de lino y correctores.
Los resultados indican que el ganado alimentado con pastos presentó una menor cantidad de grasa intramuscular, una mayor dureza de la carne y un color más oscuro de la misma, con repecto al grupo alimentado con concentrado. Estos factores podrían suponer la clasificación de las canales de animales alimentados con pastos en categorías de calidad inferiores. No obstante, la cantidad de ácidos grasos insaturados fue superior en el primer grupo, aunque esto pudo ser causado por la utilización de oleaginosas en la última fase de alimentación del mismo.
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