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La eficiencia como criterio de selección en la raza Fleckvieh


En la práctica totalidad de los Programas de Mejora de vacuno de carne, el objetivo que se viene siguiendo hasta ahora está enfocado a maximizar la producción. Esto implica aumentar el potencial de crecimiento de los animales obteniendo canales más pesadas en menos tiempo, más rendimiento en matadero y mejores conformaciones de canal. Sin embargo, desde un punto de vista económico, aunque estos caracteres son importantes para determinar los ingresos, para el ganadero solo representan la mitad de la ecuación.

Hasta ahora, la selección dirigida a caracteres que permitan optimizar o reducir el consumo de inputs y los costes asociados ha recibido una atención limitada por parte de la industria, de las Asociaciones de Criadores y de los propios ganaderos, más preocupados por obtener animales más grandes, con más ganancias y mejores rendimientos en lugar de buscar animales más eficientes cuya producción sea más rentable. Además, existen pruebas que indican que los programas de selección enfocados a obtener mayores ganancias de peso tienen como resultado el aumento indeseado de los requisitos de mantenimiento de los animales.

Según datos del Ministerio de Agricultura obtenidos de la Red Nacional de Granjas Típicas (2014), el consumo de pienso representa una de las principales partidas de costes en explotaciones de vaca nodriza y, sin duda, la más importante en las explotaciones de cebo intensivo, en las que para el ejercicio 2013 se estimaron unos costes directos de producción cercanos a los 400€ por cada 100 kg de canal, de los cuales la alimentación sería el principal coste directo. De esta forma, la rentabilidad de las explotaciones se ve muy seriamente comprometida, hasta el punto que ligeras variaciones en las cotizaciones o mercados internacionales ponen en serio riesgo al sector al completo.

Por tanto, desde un punto de vista microeconómico y ante el previsible incremento de otras partidas de costes sobre las que el ganadero no tiene control (combustibles, impuestos, energía y mano de obra, principalmente), la única solución para continuar en la actividad pasa por reducir el consumo de pienso (o cualquier otro tipo de alimento) mientras se mantiene o se aumenta la producción en las mismas o mejores condiciones de calidad. Esta conclusión queda reforzada al abordar un enfoque macroeconómico, que analice los retos globales que el sector agrario tendrá que afrontar en las próximas décadas. Así, el cambio climático, el aumento de la población mundial hasta sobrepasar los 9.000 millones de personas, la reducción de superficies destinadas a producción ganadera, el incremento de uso de grano para biocombustibles o directamente para alimentación humana unido al incremento general de precios de piensos, refuerzan aún más esta premisa.

Consecuentemente, la eficiencia de conversión de alimentos debería situarse en primer lugar entre los objetivos de los Programas de Mejora de Razas Puras y, desde luego, así lo estamos considerando en nuestra ganadería. En primer lugar porque es un indicador de la eficiencia biológica de los animales y, en segundo, porque es in indicador directo de la rentabilidad de la explotación. Un aumento de un 1% en la mejora de la eficiencia tiene un impacto equivalente a una mejora del 3% en Ganancia Media Diaria, sin contar que la selección a través de eficiencia no afecta negativamente a las ganancias medias, más bien las favorece. A nivel mundial, la mejora en la eficiencia alimenticia es lo que ha guiado los programas de mejora en los sectores avícola y porcino durante décadas (competidores directos del vacuno en producción de proteína), por tanto, si el sector quiere ser competitivo no puede permanecer al margen de esta necesidad y continuar produciendo y seleccionando animales ineficientes.

Medición

Una vez fijado como objetivo el incremento de la eficiencia alimentaria, resulta necesario desarrollar herramientas que nos permitan medirla. Habitualmente, en los programas de mejora españoles (el de Fleckvieh, sin ir más lejos), se viene utilizando el Índice de Conversión. Se trata de un índice artificial que es el cociente entre el consumo de alimento de un animal con su incremento de peso por unidad de tiempo.

IC = kg alimento / kg peso

No obstante, el índice de Conversión presenta limitaciones importantes a su aplicación en finca, entre las que destacan la dificultad de medir exactamente los consumos individualizados de pienso por animal y el registro diario de pesos de los mismos, por lo que suele realizarse exclusivamente en Centros de Testaje o Estaciones de Mejora en un número muy limitado de animales. Por otro lado, la selección de animales utilizando el Índice de Conversión, tiene a favorecer la evolución de una raza hacia animales de mayor tamaño, con mayores necesidades de mantenimiento y pudiendo alterar las ganancias medias. Esto es una respuesta natural a la estructura matemática del índice, pues éste mejora al disminuir la cantidad de alimento consumida, pero también al aumentar el peso del animal. Por tanto si seguimos el índice de conversión como referencia, a largo plazo podremos observar que la selección abandona progresivamente el tipo racial, dando lugar a animales más grandes con todo lo que eso conlleva (dificultad de parto, mayores costes de mantenimiento, etc.) sin que, necesariamente, tengamos que reducir la cantidad de alimento ni los costes necesarios para producirlos.

Para evitar esto, se están desarrollando nuevos sistemas de determinación de la eficiencia, entre los que se encuentra el Consumo Residual de Alimentos (CRA). Descrito por primera vez en la década de los 60, en ganado de carne se calcula como la diferencia entre el consumo observado y el consumo estimado para cada individuo, calculado en base a las necesidades metabólicas para mantenimiento y crecimiento. Así, las diferencias entre animales se deberían a variaciones en el nivel de funcionamiento de procesos metabólicos básicos, de forma que los animales con menores CRA serían más eficientes que aquellos con mayores valores de CRA. Utilizado como criterio de selección, tiende a elegir animales de menor consumo y menores requisitos de mantenimiento sin alterar el peso adulto ni las ganancias medias diarias. Resumiendo, el CRA permite conocer qué animales consumen menos pienso a igualdad de ganancias medias, qué animales tendrán mayores ganancias medias a igualdad de consumo de alimentos y qué animales tendrán menos requisitos alimenticios para mantener la condición corporal y todo ello sin efectos colaterales indeseados.

Gráfico 1. Concepto CRA. Diferencia entre consumo Real y Estimado

Por otro lado, se ha demostrado que los procesos biológicos reguladores del consumo y la eficiencia son similares en animales en crecimiento y animales adultos. Consecuentemente, terneras con niveles bajos de CRA (metabólicamente eficientes) mantienen esta eficiencia cuando son adultas y entran en producción, teniendo este carácter una heredabilidad moderada.

Desde nuestra ganadería, venimos trabajando desde hace años con centros extranjeros para determinar el nivel genético general de la eficiencia metabólica de nuestros animales. A tenor de los resultados de proyectos de investigación previos (Archer et al., 2001), la identificación temprana de animales más eficientes nos permitiría dirigir la selección para obtener vacas nodrizas y toros más eficientes, incrementando la frecuencia de genes favorables en la descendencia y seleccionando animales de mayor calidad para nuestros clientes, cuya utilización tendría un mayor impacto económico en sus explotaciones con respecto a los procedentes de otras ganaderías.

Además de ayudar a identificar y seleccionar los individuos más eficientes dentro de nuestra ganadería, este trabajo nos permite comparar la eficiencia global de la misma con otras razas y en un futuro cercano, nos permitirá formular predicciones de rendimiento de la progenie a través de valores estimados de cría y valoraciones genéticas de sementales y novillas de reposición, algo que a día de hoy nadie puede ofrecer en España. En este sentido, hemos comparado los resultados de eficiencia de nuestra ganadería con las razas cárnicas más representativas en España (Limousin) y en el mundo (Angus) con objeto de determinar la rentabilidad potencial de animales de diferentes grupos.

Gráfico 2. Representación de las poblaciones de la raza Limousin, Angus y Ganadería Los Caudillos para Consumo Residual de Alimentos. Menor consumo = mayor eficiencia.

Analizando los datos obtenidos en el Gráfico 2, el 70% de los animales de nuestra ganadería supera la eficiencia del 2% de los mejores individuos de la raza Angus testados y con respecto al Limousin, el 40% de nuestra ganadería iguala o supera a su top 7%. No debe perderse de vista que los datos hacen referencia a animales explotados en pureza en los tres grupos, el análisis de cruces resulta mucho más complejo por la cantidad de factores que intervienen. La forma achatada que sigue la curva de distribución de nuestra ganadería se debe exclusivamente al menor número global de efectivos evaluados con respecto a los conjuntos de las razas Limousin y Angus, lo cual es lógico por otra parte.

Tal y como puede apreciarse, los animales de la Ganadería Los Caudillos son, de media, más eficientes que la media de las razas Limousin y Angus y esto implica que: Requieren menos alimento para alcanzar la misma ganancia diaria que estas razas, a igualdad de alimento presentan mayores ganancias que estas razas y una vez alcanzado el tamaño adulto, requieren menos alimento para mantener la misma condición corporal.

Desde un punto de vista económico y atendiendo al CRA, puede concluirse que la explotación de animales medios de nuestra ganadería es más rentable y genera menos costes que la explotación de individuos medios de las razas Limousin y Angus. Igualmente, la heredabilidad de éste carácter permite que la utilización de nuestros sementales aumente la frecuencia de estos genes en las ganaderías de nuestros clientes. Por tanto, no solo los costes de mantenimiento son inferiores, sino que el retorno de la inversión que se obtiene utilizando nuestra genética es superior al que se obtiene con animales medios de raza Angus y Limousin.

¿Son estos datos representativos del conjunto de la raza fleckvieh en España?

Lo cierto es que dada la absoluta opacidad con que se “gestiona” el programa de mejora de Fleckvieh, no es posible conocer la situación real de la raza en España. Tal y como se describió en artículos anteriores, los rendimientos publicados en la aplicación ARCA son rotundamente falsos, los escasos datos de rendimientos remitidos por ganaderos se ocultan con celo y pese a que la legislación vigente permite el acceso a las bases de datos de las Asociaciones a ganaderos, criadores y en general a todo aquel que tenga interés en ellos, en nuestro caso se nos ha negado taxativamente el acceso a los mismos. Por tanto resulta imposible analizar, no ya datos específicos de eficiencia, sino simples series de pesos para tener una idea de si los rendimientos de nuestra ganadería son comparables a los del conjunto de la población. Además, en las series de testaje realizadas en centros públicos se utiliza el Índice de Conversión en lugar del Consumo Residual de Alimento y los estudios muestran que no existe una gran correlación entre ambos parámetros, lo que sugiere que éstos vienen determinados por genes diferentes.

Por nuestra parte, ignoramos cómo es posible desarrollar un “Programa de Mejora” a nivel nacional a través de la opacidad (cuando no del engaño manifiesto) y la ocultación sistemática de datos a ganaderos, Administración y al conjunto de la Industria. Los ganaderos integrados en la Asociación sabrán si más allá de las redes clientelares esto les ayuda a mejorar sus explotaciones o no, los funcionarios de la Administración sabrán si los han estado tomando el pelo con datos inventados o no (esta situación no se toleraría a otros), y la industria sabrá si el sistema actual contribuye a crear animales rentables o no. Los indicadores al respecto de estas cuestiones parecen muy claros: no se puede ser competitivo en el entorno actual con un planteamiento técnico y una gestión del siglo XIX. En cualquier caso, más allá de la indignación que nos provoca que se usen fondos públicos para financiarlo, éste ya no es nuestro problema.

Si bien por las circunstancias expuestas no podemos realizar comparaciones de datos directas con el conjunto de la población española, sí podemos utilizar datos de poblaciones simmental de carne a nivel internacional (descartando el simmental rojo y negro norteamericano), lo que nos da una información muy valiosa de nuestra posición con respecto a la eficiencia de poblaciones de otros países de primer nivel en la cría de la raza.

Gráfico 3. Representación de las poblaciones de la raza Simmental y Ganadería Los Caudillos para Consumo Residual de Alimentos. Menor consumo = mayor eficiencia.

Tal como se aprecia en el gráfico 3, nuestra ganadería sigue manteniendo un alto nivel de eficiencia comparada con poblaciones de Simmental extranjeras que han sido y son referencia internacional en la implantación de Programas de Mejora. Los datos nos indican que los criterios de selección que seguimos son acertados y que nuestro trabajo avanza por buen camino si bien debemos seguir trabajando paciente, metódica y concienzudamente para afianzar lo conseguido. En las fotos se aprecian animales con altos niveles de eficiencia dentro de nuestra ganadería. Como se puede observar, este parámetro no está reñido con la conformación ni con la apariencia general de los animales.

Como se puede comprobar con las gráficas presentadas, no todas las razas son iguales ni tampoco todos los animales Simmental o Fleckvieh de carne son iguales aunque tengan el mismo color. Con estos datos, elegir que su explotación sea más eficiente y rentable es algo que ya solo depende su voluntad.

Por último queremos recalcar que para la realización de los trabajos expuestos en este artículo, NO se ha contado con el apoyo de ninguna Administración Pública, Organismo Público de Investigación, Universidad o Centro Público de Reproducción Animal en España. Nuestra ganadería NO ha recibido subvención alguna por su participación en ellos, NO se ha empleado ni un solo céntimo de dinero público en la financiación de estos estudios y, por supuesto, se han desarrollado a pesar del boicot al que nuestra ganadería ha sido sometida durante años desde la Asociación Nacional de Criadores de Fleckvieh de España.

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